37 personas migrantes han muerto y cientos han resultado heridas desde el viernes 25 de junio en Melilla, como consecuencia del abuso por parte de la policía marroquí y en cooperación con las fuerzas españolas para evitar que miles de personas cruzasen la frontera que separa la ciudad de Nador (Marruecos) de Melilla (España).
Desde la CODOPA nos unimos a esta denuncia ante esta masacre que viola los Derechos Humanos de las personas migrantes. Consideramos que esta situación no es más que la gota que colma el vaso de una situación que se viene viviendo desde hace meses en Marruecos en las que las personas migrantes no tienen acceso a medicamentos ni a atención sanitaria, en la que los campamentos de refugiados han sido incendiados y saqueados y los pocos alimentos a los que tienen acceso son destruidos y prohibido el acceso al agua potable, como han denunciado asociaciones que trabajan en el terreno como AMDH, Caminando Fronteras, Colectivo de Comunidades Subsaharianas en marruecos, Asociación de Ayuda a los Migrantes en situación vulnerable y Attac Maroc en un comunicado conjunto.
Además, denunciamos y hacemos un llamado a la reflexión por parte del presidente Pedro Sánchez, quien se refería a los hechos como “extraordinaria cooperación” entre España y el Reino de Marruecos, y agradece las acciones llevadas a cabo por la policía en Melilla. Acciones que como se ha podido ver en las imágenes reconocidas por AMDH Nador, muestran una violencia policial indiscriminada, cientos de personas abandonadas, heridas y desprotegidas sin la posibilidad de acudir a ningún servicio de asistencia ante la omisión por parte de los “cuerpos de seguridad” de los Estados implicados.
La Frontera Sur vuelve a ser la protagonista de un lugar de horror y deshumanización en la que se violan los derechos humanos de las personas migrantes de manera continua. Un escenario en el que se pone en evidencia el abuso de fuerza y autoridad por parte de ambos Estados y las políticas de selección y exclusión de migrantes, en base a criterios jerárquicos de opresión como son el origen, la nacionalidad, el género y la raza. Es a raíz de estos acontecimientos cuando se visualiza más claramente el racismo y el colonialismo exacerbado que explican las políticas migratorias nacionales y comunitarias.
Las migrantes del Sur también huyen de masacres, guerras, ocupación, crisis climática, agotamiento de recursos, pobreza extrema y hambre, mientras que en el Norte se les niega el acceso y se le condena a muerte, a pesar de, históricamente, ser responsables directos de la opresión, el saqueo, represión y violencia a estos países del Sur global.
Desde la CODOPA, consideramos que las políticas de acogida e integración en el Estado han de regirse en base de igualdad y no discriminación, a garantizar las obligaciones internacionales de los derechos humanos asumidas por España y que el hecho de recibir dignamente a las personas que huyen de todo tipo de violencia no es una elección y tampoco solidaridad, es un deber en virtud de os pactos internacionales firmados en materia de Derechos Humanos.
Es urgente que esta deriva violenta y sistemática en las políticas migratorias y se empiecen a asumir responsabilidades por lo sucedido. Son necesarias políticas migratorias que garanticen una acogida digna a todas las personas que huyen.
El silencio es intolerable y nos vuelve cómplices.
Ana Suárez González
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