“Si el tiempo de las enmiendas no lo remedia, una nula apuesta por el trabajo de las ongd asturianas y un porcentaje que desciende al 0,09 del presupuesto resumen unos presupuestos decepcionantes que no cumplen los compromisos del pacto de gobierno y asemejan la política de cooperación a la de la derecha y extrema derecha del resto del país”
El año pasado se aprobó, casi unánimemente una Ley de Cooperación al Desarrollo, se inició en Asturias un nuevo Plan director y por último se acordaron una serie de compromisos de pacto de gobierno, todos en la misma línea: conseguir alcanzar el 0,35% presupuestario al final de la legislatura. Partiendo de un paupérrimo 0,10% del presente ejercicio, uno de los escasos gobiernos de corte progresista que queda en el país incumple en tan solo 6 meses todos sus acuerdos: ley, plan y acuerdo electoral. 2024 alejará a Asturias más aun del ya cada vez más inalcanzable 0,7 y desciende la cooperación, en el año de los presupuestos que “marcarían una próxima década de atención a las políticas sociales en Asturias”, hasta el 0,09%, acercándose cada vez más al presupuesto más bajo, el del Madrid de Díaz Ayuso.
Por primera vez en la historia desde la existencia de la Agencia asturiana de Cooperación, esta acoge proyectos de inmigración en Asturias. Dichos programas, que no son nuevos, solo significan un cambio de lugar que las sitúa lejos de desarrollarse como políticas que poco tienen que ver con los objetivos y herramientas de la cooperación al desarrollo y más con las políticas de intervención social. Las políticas inmigratorias en Asturias, al igual que las destinadas a mayores, diversidad funcional o infancia, por poner algunos ejemplos de la misma Consejería, deben tener su propio espacio para ser dignificadas, tener planes estratégicos y prevenir algunos de los problemas que genera la actual falta de ésta. En ningún caso deben de ser utilizadas como trampantojo presupuestario para engañar a un sector, que cada año ve como el discurso solidario y la acción política diverge en Asturias cada vez más.
CODOPA, que el pasado mes de abril organizó un debate de políticas de cooperación con prácticamente todas las formaciones políticas en el hemiciclo, también hoy se ve contradicho con las promesas allí vertidas y valora estos presupuestos como los del engaño, el despropósito y la decepción. Aún queda tiempo y, aunque poca, queda esperanza de volver a la cordura .
Ana Suárez González
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